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Alzheimer - La Psico-Estimulación

Recomendaciones // Lunes 26 de Junio de 2017

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Se llama psicoestimulación o intervención cognitiva, en demencia tipo Alzheimer, a un tratamiento que está basado en considerar al cerebro como un músculo..

Se llama psicoestimulación o intervención cognitiva, en demencia tipo Alzheimer, a un tratamiento que está basado en considerar al cerebro como un músculo. Entonces, así como se fortifican los músculos del cuerpo a través de la gimnasia, esta estimulación fortalece al cerebro a través de la actividad mental. De acuerdo al diagnóstico del neurólogo o el psiquiatra, con los distintos tipos de demencia, se interviene para estimular las funciones cognitivas superiores: lenguaje, cálculo, funciones ejecutivas, orientación tiempo-espacio, etc. A continuación, la Lic. María Inés Scarso nos cuenta sobre esta innovación.

¿En qué consisten los talleres de este nuevo tipo de terapia?

Son talleres de estimulación cognitiva personalizados. Se programan actividades en grupos pequeños de personas de la misma edad, y tenemos en cuenta el nivel escolar y el tipo de demencia. Si es un deterioro benigno, que es propio de la edad, se hacen talleres para estimular lenguaje, escritura, atención, concentración, funciones ejecutivas, memoria olfativa, memoria retrógrada, orientación témporo espacial, etc. Dura aproximadamente entre 2 ó 3 meses, una vez a la semana.

Trabajamos con las personas que tengan la demencia o con el cuidador, dependiendo como el se encuentre el primero. Tenemos cesiones de una hora y media con estimulación personalizada. Además, damos ejercitación para toda la semana. Así, cuando no los vemos, todos los días puedan ejercitar, o el cuidador los vaya dirigiendo. Hacemos principal hincapié en proteger al cuidador porque sufre un gran desgaste. Para esto tenemos entrevistas que se llaman de psicoeducación.

¿Qué tipo de pacientes son los destinatarios?

La psico-estimulación no solamente se aplica para aquellos que tienen demencia. El demente no es el desequilibrado sino aquel que va perdiendo, por cuestiones de edad o de enfermedad, funciones cognitivas que antes tenía. Los talleres que proponemos son para gente joven que por stress, enfermedad o por la toma de psicofármacos, sufre este debilitamiento. Un ejemplo es la memoria: personas de 50 años que tienen mucho trabajo o problemas, se olvidan nombres o direcciones; o a veces quieren decir alguna palabra y no les sale. Es decir, lo que estamos haciendo es para personas jóvenes sin deterioros, y también para personas grandes con deterioros.

¿En San Juan, hay algún programa que dé a conocer esta propuesta?

No, no hay nada. Es algo nuevo e interesante y sería buenísimo que se implementara, porque aquí la cantidad de personas mayores de 65 años es bastante grande. Además, por ejemplo, el retiro laboral es otro de los factores que influyen a que las personas se depriman y va provocando deterioro, apatía, poca lectura, escritura, interacción social, entre otros.

¿En qué se diferencia de los tratamientos normales?

La pérdida de las capacidades intelectuales superiores se debe a una cuestión en los neurotransmisores, que son los que permiten que se haga la sinopsis y se transmita información. Entonces, los tratamientos psicológicas específicos no sirven porque lo que se produce son lesiones cerebrales. El paciente llega a perder funciones, a tal punto que en la fase terminal de la enfermedad pierden el habla, tienen el reflejo de succión, de prensión y de posición fetal, tal cual un bebé.

¿En números generales, qué porcentaje de la población argentina padece este tipo de demencia?

Es mucho más común en mujeres que en hombres. Se está descubriendo que hay enfermedades que se creían que eran mentales, pero que tienten una base orgánica. Por eso, en todo lo que es demencia, se habla de síndrome psicoorgánico ya que se considera que cursa con trastornos orgánicos, pero también con cuestiones psicológicas.

La diferencia que hay entre el profesional que atiende estas patologías y la familia, es que los profesionales entendemos dónde prima la razón, en cambio la familia comprende razón y afecto.