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Ecos de cadera

Recomendaciones // Viernes 7 de Julio de 2017

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Un estudio necesario para nuestros bebés

El Doctor Orlando Ricardo Gómez, Médico pediatra y Médico de Diagnóstico por Imágenes en Pediatría recibido de la UBA-Hospital Garraham, nos cuenta sobre las ecografías de cadera en los bebés, una de sus especialidades y uno de los estudios que se realizan en el Sanatorio Argentino.

El facultativo explica que la valoración de las caderas anteriormente se hacía con la radiografía.

Se realizaba una toma de frente y otra de perfil. A partir de la aparición de nuevos equipos con mayor definición, sobre todo con el uso de traductores que facilitan la visualización de partes blandas, se fue facilitando el método y se empezó a utilizar la ecografía como medio de evaluación inicial y de elección a nivel de las caderas. Específicamente la eco de cadera para los niños se utiliza para la búsqueda de dos patologías, una es la displasia en el desarrollo de las caderas y la otra, para buscar derrames articulares a ese nivel.

A la primera entidad anteriormente se la denominaba, luxación congénita de la cadera. Pero con la profundización en el conocimiento se supo que los chicos no nacen con la patología sino que la van realizando a medida que se van desarrollando. Es decir, se supo que no era congénito (salvo excepciones) y se cambió la modalidad por displasia en el desarrollo de la cadera.

La utilidad de la ecografía es muy amplia, principalmente se puede observar con detenimiento todo lo que son partes blandas, tanto cartílagos, como partes óseas que nos ayudan a delimitar lo que es la estructura de la cadera.

La displasia en el desarrollo de la articulación de la cadera es la perdida de la relación normal entre el acetábulo de la pelvis y la cabeza del fémur. Esto hace que se produzca una deformidad tanto de la cabeza del fémur como del techo de acetábulo. Habitualmente la cadera se desplaza hacia arriba, hacia afuera y hacia atrás. Al ocurrir eso la cadera pierde su ubicación correcta.

Hay factores predisponentes que se consideran importantes que pueden desencadenar en la displasia de cadera. Uno es antecedentes familiares, sólo hermanos y padres; otra es la posición podálica, el chico no nace de cabeza, Oligohidramnios y enfermedades del músculo esquelético. Esta enfermedad es más frecuente en las mujeres en una relación 4 o 5 a 1 con respecto a los nenes.

El momento ideal para realizar un eco de cadera es entre las 2 semanas y los seis meses. Se recomienda no hacerla en el recién nacido, porque en general los bebés en ese tiempo tienen caderas laxas debido a la persistencia de hormonas maternas. Es conveniente entonces que la cadera esté bien formada para poder realizar el estudio correcto.

En una ecografía de cadera se evalúan cuatro cosas. Primero que la cadera esté centrada. Luego la cobertura ósea y cartilaginosa de la articulación. El tamaño y simetría de la cabeza femoral. Y por último con un estudio dinámico se busca la estabilidad o no de la cadera

Una cadera puede ser estable, luxable, o luxada. Las estables son las normales. Las luxables o subluxadas son aquellas que al hacer una maniobra se puede producir una luxación, ya sea debido al estrés o a la presión que se ejerce sobre la pierna del niño cuando produce el desplazamiento de la cabeza del fémur. Una cadera luxada es aquella que está fuera de la articulación.

¿Qué debe buscar el pediatra?

Es importante que el clínico sepa reconocer las manifestaciones como la simetría de pliegues, maniobras de Ortolani y Barlow positivas, asimetría en longitud de los miembros, altura de las rodillas encubito.

Al valorar una cadera, estas que son luxables o sub luxadas no todas terminarán en una luxación y a través de la eco podemos controlar cual de estas se luxa o no, como así también la respuesta al tratamiento. Una ecografía normal es útil y da tranquilidad, pero en un control adecuado del pedíatra sirve para ver su desarrollo y descartar una futura displasia de cadera.

Para concluir podemos decir que realizar una ecografía de cadera es importante para todos lo chicos entre las 2 semanas y 6 meses por prevención de la displasia de ésta y para la búsqueda de algunas patologías es importante realizarla, ya que la medicina preventiva de hoy nos facilita solucionar futuros problemas en esta articulación.