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La importancia de estar Vacunado

Recomendaciones // Martes 4 de Julio de 2017

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Las vacunas fueron descubiertas, en 1771, por Edward Jenner a partir de experimentos que realizaba con gérmenes de la viruela que atacaba a la vaca, pero que, a su vez, a los trabajadores de las granjas los hacía inmunes a esta enfermedad. De ahí proviene su nombre, de la palabra latina vacca. Este descubrimiento fue el inicio de todo un programa de inmunizaciones que ha permitido prevenir muchas enfermedades mortales o incapacitantes y evitar grandes epidemias.

En el medio ambiente hay una gran variedad de microorganismos que viven y se multiplican sin dificultad y que en algún momento, hacen contacto con el ser humano que se convierte en su huésped y lo infectan. Esto depende, en gran medida, de si se tienen o no defensas o anticuerpos para protegerse.

Hace tiempo, muchas personas morían, durante la infancia o juventud, por enfermedades que ahora ya casi no existen o se tienen controladas. Las causas de mortalidad, en su mayoría, se debían a enfermedades infectocontagiosas. Fue a partir del siglo XIX, que grandes inventos como el microscopio permitieron conocer las causas, formas de transmisión y comportamiento de la mayoría de las enfermedades infecciosas.

Esto dio origen al descubrimiento de las vacunas, que tienen la característica de poder prevenir las enfermedades, antes de que se presenten o ayudan a mitigar los efectos que producen cuando llegan a dar.

La inmunización o vacunación es la práctica más usada para el control de las enfermedades infecciosas en los niños y es la más efectiva. Por esta razón, algunas pueden administrarse desde el momento de nacer y se deben reforzar antes de los 6 años, que es el periodo de edad en que ocurren, con mayor frecuencia, las enfermedades que previenen. Las principales enfermedades que pueden prevenirse por medio de vacunas son: el sarampión, la difteria, la tos ferina, el tétanos, la poliomielitis o parálisis infantil, la rubéola, la meningitis, las paperas, varicela, la hepatitis B, la difteria, la gripe y otras más. Aunque algunas solamente forman parte del cuadro básico de vacunación, todas están disponibles para aplicarse en caso de amenaza de alguna epidemia o, como en el caso de la rabia, cuando se presenta la emergencia por una mordida de perro.

También los adultos deben recibir vacunas en situaciones especiales: antigripal, antineumocóccica, anti Hepatitis B, etc.

Hay vacunas que, al ser aplicadas, pueden llegar a producir algunas molestias o reacciones. Sin embargo, es mucho mayor el beneficio al prevenir enfermedades que pueden causar la muerte, incapacidades o daños severos en algunos órganos del cuerpo.