Novedades

Monitoreo Fetal

Recomendaciones // Viernes 7 de Julio de 2017

Compartir:

-

Dra. Andrea Savastky.
Ginecóloga.

La preocupación inicial del médico obstetra es el conocimiento del estado fetal intraútero. Por fortuna existen métodos diagnósticos no invasivos e invasivos, para evaluar la condición fetal. Entre los primeros, la ecografía, de amplia repercusión y utilidad, ha permitido lo que otrora resultara inaudito: VER el feto. Otro estudio complementario, de alto valor diagnóstico, es el MONITOREO ELECTRÓNICO FETAL, que se basa en la auscultación y registro de los cambios de la frecuencia cardíaca del feto (FCF), en estado de reposo y en relación a sus movimientos o a la presencia de contracciones uterinas. Los movimientos activos fetales (MAF) determinan una situación de stress estimulando su Sistema Nervioso Central, aumentando la liberación de catecolamina, que provoca taquicardia fetal transitoria. Las contracciones uterinas disminuyen la frecuencia cardíaca fetal fisiológicamente al cesar o disminuir el flujo sanguíneo, por compresión de arterias espirales uterinas. El feto tolera bien tales sobrecargas, retorna a su FCF basal, tras recuperarse del stress de su propio movimiento, y que recupera el débito durante la relajación uterina. Pero en casos de insuficiencia placentaria, por ejemplo, el oxígeno puede descender a niveles críticos y evitar estas modificaciones normales de la FCF.

En definitiva, el monitoreo electrónico fetal permite ESCUCHAR al feto y evaluar indirectamente la integridad de su SNC y la función placentaria. Esta capacidad de respuesta de la FCF, ante los movimientos fetales y las contracciones espontáneas, se ha denominado reactividad fetal y ha demostrado ser altamente eficaz para la evaluación del estado fetal.

El estudio conforma, junto con la ecografía, un Perfil biofísico fetal, test que posteriormente determina un "puntaje" que se aplica para evaluar la condición fetal intrauterina en el último trimestre del embarazo.

Instrumentos.

Existen diversas maneras de acceder a la FCF. La más ampliamente utilizada en Consultorios y monitorización, es el ultrasonido, que utiliza un sistema Doppler. El registro externo de la actividad uterina, ante la presencia de contracciones, se efectúa mediante un detector ubicado en el fondo uterino con ayuda de una cinta elástica. Estos detectores son capaces de transformar fenómenos mecánicos en señales eléctricas que el monitor transforma también a su vez, y registra en un papel. Como es preciso llevar un control simultáneo de los movimientos fetales, la paciente dispone de un pulsador participando también así del estudio: presionándolo al percibir un movimiento, se señala una flecha en el papel de registro. La madre debe adoptar una posición cómoda ya que estará durante 15 a 30 minutos realizando esta evaluación.

Los registros así obtenidos, son calificados en relación a: la presencia de contracciones si las hubiera, los movimientos fetales, la línea de base de la FCF, la fluctuación de la misma, aceleraciones y desaceleraciones. Se clasifican sintéticamente en:

  • Reactivos: FCF basal 120-160; fluctuación mayor de 6 latidos por minuto, aceleraciones de más de 15 latidos de amplitud con los movimientos o contracciones, 5 MAF en 15 min. Esto indicaría Bienestar Fetal.
  • No reactivos: FCF basal puede ser normal, variabilidad menor de 6 latidos por minuto. No se observan MAF o son escasos, y en todo caso la actividad uterina o fetal no induce aceleraciones en la FCF. En ausencia de reposo o sueño fetal este patrón es patológico. Se repite el estudio en otro momento si se observan estas últimas condiciones.

Existen otras clasificaciones y evaluación de puntuaciones más complejas, con las que no extenderé este resumen, ya que dificultarían la comprensión básica y restarían atención a este útil y apreciable método de estudio.