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Toxoplasmosis y embarazo

Recomendaciones // Viernes 7 de Julio de 2017

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La toxoplasmosis es una zoonosis, distribuida en todo el mundo. En las personas inmunocompetentes la infección es poco evidente.

Dra. Beatriz Salanitro de Pellice

La contaminación humana ocurre por contacto con heces de gatos infectados o por consumo de legumbres y frutas crudas contaminadas o carne poco cocida de animales infectados. Salvo la infección maternofetal y a partir de órganos transplantados, no hay ninguna otra fuente de transmisión humana.

Al respecto, cerca de 0,5% a 1% de mujeres embarazadas en el mundo se contaminan con el Toxoplasma Gondii. Si la infección primaria de la madre por Toxoplasma gondii ocurre durante la gestación, ella puede contaminar al feto por vía transplacentaria. Cuanto más temprano se manifieste la infección fetal durante el embarazo, más destacados serán los signos clínicos de infección neonatal. En caso de contagio materno durante el primer trimestre del embarazo, la probabilidad de transmisión es de 10% a 20%, mientras que durante el tercer trimestre es entre 50% y 60% la probabilidad de que los fetos adquieran la infección durante el parto.

La infección en las primeras etapas del embarazo puede llevar al aborto o al mortinato. Si hay sospecha de una infección reciente de la madre y del feto durante el embarazo, el diagnóstico se puede hacer aislando el parásito de la sangre del cordón umbilical, de la placenta, del líquido amniótico o de los tejidos.

Después del nacimiento, es fundamental la realización de un examen físico completo y exhaustivo del neonato, para buscar los signos de la enfermedad. De igual modo, en este momento, el diagnóstico precoz se lleva a cabo mediante pruebas serológicas, cuya correcta interpretación requiere de personal con experiencia. De ser posible, la investigación debería empezar con pruebas serológicas de la embarazada, para terminar efectuándose también en el neonato.

El tratamiento temprano consigue evitar la extensión del proceso infeccioso y el desarrollo de minusvalía en los niños. La toxoplasmosis congénita se puede prevenir y tal profilaxis es posible tanto por la identificación de infecciones recientes, mediante el escrutinio serológico selectivo de las mujeres embarazadas, como por el tratamiento de los casos seropositivos.

Las cifras de nuestro país son muy parecidas a lo que sucede en el resto del mundo, lo que demuestra que no existe relación entre el contagio y los hábitos de higiene y alimentación. De hecho, la población vegetariana tiene los mismos valores que la carnívora.

En Jujuy, el 22% de las mujeres tuvo toxoplasmosis; en Chaco 41%; en provincia de Buenos Aires 45% y en Santa Fe hay lugares donde supera el 50%. Es bueno que la embarazada sea positiva antes de embarazarse, está protegida, la infección reciente, durante el embarazo, es la que favorece la transmisión al feto. En la Provincia de San Juan, en una población de embarazadas estudiadas por la Sección Infectología del Hospital Rawson, durante los años 2004 y 2005 fue del 27%. La Toxoplasmosis aguda correspondió al 1,4 % de las embarazadas.

La toxoplasmosis sigue siendo una zoonosis a tener en cuenta en la embarazada, con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado se reduce ampliamente la posibilidad de transmisión congénita, en nuestro caso debemos aumentar el número de pacientes estudiadas, a través de un mejor control del embarazo, el cual sigue siendo deficiente en nuestra Provincia.

Tener en cuenta que toda embarazada que tiene serología negativa para la Toxoplasmosis debe hacerse análisis en cada trimestre para investigar la primoinfección.